
¿Dios Existe?
¿Existe Dios? ¿Hay evidencia de la existencia de Dios?
Introducción
¿Existe Dios? Encuentro interesante que se de tanta atención a este debate. Las últimas encuestas nos dicen que sobre el 90% de la gente en el mundo de hoy, cree en la existencia de Dios o en algún poder más alto. Sin embargo, de algún modo, la responsabilidad se coloca sobre aquellos quienes creen que Dios existe, para de alguna manera probar que El en realidad existe. Yo personalmente pienso que la responsabilidad está sobre los que no creen.
La existencia de Dios puede ser probada. La Biblia declara, "Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras" (Salmos 19:1-4). Al mirar las estrellas, al entender la inmensidad del universo, al observar las maravillas de la naturaleza, al ver la belleza de la puesta del sol – vemos que todas ellas apuntan hacia un Creador, Dios. Si esto no fuera suficiente, también hay evidencia de Dios en nuestros propios corazones. Eclesiastés 3:11 nos dice, "…y ha puesto eternidad en el corazón de los hombres…" Hay algo en lo profundo de nuestro ser, que reconoce que hay algo más allá de esta vida y alguien más allá de este mundo. Aún la Biblia dice que deberíamos aceptar por fe, el hecho de que Dios existe, "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan" (Hebreos 11:6). "Jesús le dijo: porque me has visto, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron" (Juan 20:29).
Intelectualmente podemos negar este conocimiento, pero la presencia de Dios en nosotros y a través de nosotros, todavía está ahí. A pesar de todo esto, la Biblia nos advierte que todavía hay algunos que niegan la existencia de Dios, "Dice el necio en su corazón: No hay Dios" (Salmos 14:1). Debido a que sobre el 98% de la gente a través de la historia, en todas las culturas, en todas las civilizaciones, en todos los continentes, creen en la existencia de algún tipo de Dios – debe haber algo (o alguien) que causa esta creencia.
La mayoría de las personas estará de acuerdo en que la cuestión más básica y fundamental acerca de la existencia no es que no haya nada aquí, sino más bien que haya algo aquí. Yo formo parte de algún tipo de realidad. Yo tengo conciencia, la percepción de que algo está transcurriendo, desarrollándose, ocurriendo. Y usted y yo somos parte de esto. La realidad que surge de nuestra observación y experiencia personal es que somos participantes de un universo espacio-temporal que se caracteriza por una serie de sucesos. La mente, naturalmente, se pregunta: "¿Qué es esto? ¿De dónde vino?". ¿Acaso el cosmos, lo que vemos, simplemente vino a la existencia de la nada, o ha estado, este universo material del cual formamos parte, siempre aquí? ¿O es que algo o alguien, que trasciende este universo material, es responsable de traerlo a la existencia, y a nosotros con él?
Todas estas preguntas tienen que ver con el concepto filosófico de la metafísica. El diccionario Webster lo define de la siguiente forma: "Aquella división de la filosofía que incluye la ontología, es decir la ciencia del ser y la cosmología, o la ciencia de las causas y procesos fundamentales en las cosas". Cuando intentamos contestar estas preguntas básicas, estamos pensando "metafísicamente" acerca del origen y las causas de la realidad presente. Y en este nivel básico y fundamental de consideración, en realidad nos quedan pocas opciones, o respuestas posibles, para dar razón o explicar el universo. Los tres candidatos potenciales son:
(1) Algo surgió de la nada. La mayoría rechaza este punto de vista, ya que la idea misma desafía la racionalidad. Esta explicación para justificar el universo tiene poco apoyo. Anthony Kenny señala: "Según la teoría del big bang, toda la materia del universo comenzó a existir en un momento específico del pasado remoto. Un proponente de esta teoría . . . si es un ateo, debe creer que la materia del universo surgió de la nada y por la nada". Dado que la nada no puede producir algo, por las reglas de la lógica (observación, causalidad), algo es eterno y necesario. Dado que toda serie de sucesos no es eterna (por lo tanto, una contradicción), hay, por lo tanto, algo no idéntico al universo espacio-temporal que es eterno y necesario.
(2) La materia es eterna, y es capaz de producir la realidad presente mediante el azar ciego. Carl Sagan estableció este punto de vista claramente cuando dijo: "Todo lo que fue alguna vez, todo lo que es, todo lo que será alguna vez, es el Cosmos". Este segundo punto de vista ha dado origen a dos cosmovisiones básicas: el materialismo (o naturalismo) y el panteísmo. Ambas tienen como premisa que no existe nada más allá de la materia. El materialismo, por lo tanto, es ateo por definición. El panteísmo es similar, pero insiste en que, dado que Dios no existe, la naturaleza está imbuida de "dios" en todas sus partes.
(3) Dios creó el universo. Este punto de vista, el teísmo, sostiene que Alguien trasciende y a la vez creó el universo material del cual formamos parte. No hay ninguna otra alternativa lógica para explicar el cosmos. Los cristianos, por supuesto, aceptan este tercer punto de vista, junto con todos los demás teístas, como la explicación más razonable de lo que encontramos como cierto acerca de nosotros y del mundo. Sostener este punto de vista no es una simple declaración de fe ciega. Hay argumentos sólidos y racionales para preferir este punto de vista por sobre los otros dos. El teísmo, por lo tanto, es una idea razonable. De hecho, es más razonable creer que Dios existe que no creer que existe. Los teólogos han planteado varias líneas de "pruebas" para argumentar a favor de la existencia de Dios. Estos argumentos no sólo demuestran la existencia de Dios, sino que también perspectivas que pueden ser usadas para mostrar evidencias de su existencia.
Primero, tenemos el argumento ontológico. La forma más popular del argumento ontológico, usa básicamente el concepto de Dios para probar Su existencia. Este comienza con la definición de Dios como “Ese del cual no puede ser concebido uno más grande”. Entonces se sostiene que existir es mayor que no existir, y por tanto el mayor ser concebible debe existir. Si Dios no existió, entonces Dios no sería el mayor ser concebible – pero eso iría a contradecir la definición misma de Dios.
La versión del argumento ontológico de san Anselmo de Canterbury es quizá la más conocida de dicho argumento. Apareció en el segundo capítulo del Proslogion (1077-78).
Anselmo presentó su argumento ontológico como parte de una oración dirigida a Dios. Comienza con una definición del propio Dios (o una necesaria asunción sobre la naturaleza de Dios):
"Pues creemos que [El Señor] es algo tan grande que nada mayor puede ser concebido."
A continuación se pregunta si Dios existe:
"¿Entonces, acaso no existe tal naturaleza, pues algo ha llevado al mentecato a afirmar en su corazón: Dios no hay?"
Para contestar a esto, trata primero de mostrar que Dios existe en el entendimiento:
"Mas, indudablemente, este mismo mentecato, cuando escucha esto mismo que estoy diciendo - que hay algo tal que nada más grande puede ser imaginado -, comprende lo que escucha, y lo que comprende está en su entendimiento, incluso aunque no comprenda que lo sea; pues una cosa es que algo esté en el entendimiento, y otra es comprender que una cosa es."
Tras esto, Anselmo trata de justificar su asunción, usando la analogía de un pintor:
"Pues, cuando un pintor imagina de antemano lo que va a dibujar, alberga en su entendimiento lo que aún no ha hecho pero todavía no comprende que es. Pero cuando ya lo ha pintado, alberga en su entendimiento tanto lo que ya ha pintado como el hecho de comprender que ello es. Por tanto, incluso el más extravagante mentecato está obligado a admitir que, al menos en el entendimiento, existe algo tal que nada mayor pueda ser imaginado, pues, al escuchar esta afirmación, la entiende, y cualquier cosa que se entiende está en el entendimiento."
A continuación, desarrolla la base del argumento ontológico:
"Y, ciertamente, algo tan grande que nada mayor pueda ser pensado no puede estar únicamente en el entendimiento, ya que si sólo estuviera en el entendimiento, también podría pensarsele como parte de la realidad, y en ese caso sería aún mayor. Esto es, que si algo tal que nada mayor pueda ser pensado estuviera únicamente en el entendimiento, entonces esa misma cosa tal que nada mayor pueda ser pensado sería algo tal que algo mayor sí pudiera pensarse, algo que no puede ser."
Anselmo da así con la contradicción de la que extrae su conclusión:
"Ha de existir, por tanto, y más allá de toda duda, algo tal que nada mayor pueda ser pensado, tanto en el entendimiento como en la realidad."
A ese algo tal que nada mayor pueda ser pensadoado lo llama Dios.
El segundo es el argumento teológico. El argumento teológico dice que desde que el universo despliega tal maravilloso diseño, debe haber habido un diseñador Divino. Por ejemplo, aún si la tierra estuviera unos pocos cientos de millas más cerca o más lejos del sol, no sería capaz de mantener mucha de la vida que en la actualidad lo hace. Si los elementos en nuestra atmósfera fueran diferentes aún en un pequeño porcentaje, cada cosa viviente sobre la tierra moriría. Las probabilidades de una simple molécula de proteína formada por casualidad es 1 en 10 elevado a la potencia 243 (es decir, 10 seguido de 243 ceros). Una simple célula consta de millones de moléculas de proteína.
Este segundo argumento a favor de la existencia de Dios trata con el orden, la complejidad y la diversidad del cosmos. La palabra "teleológico" viene del griego "telos", que significa "fin" o "meta". La idea detrás del argumento es que el orden observable en el universo demuestra que funciona según un diseño inteligente, algo innegable para un ser inteligente y de mente abierta. La expresión clásica de este argumento es la analogía del relojero de Paley, en su libro Evidences. Si estuviésemos caminando por la playa y encontráramos un reloj en la arena, no supondríamos que fue arrojado sobre la costa luego de haber sido formado a través de los procesos naturales y los movimientos del mar. Más bien supondríamos que el dueño lo perdió y que en alguna parte hubo un relojero que lo diseñó y construyó originalmente con un propósito específico en mente. La inteligencia no puede ser producida por la no inteligencia, así como la nada no puede producir algo. Hay, por lo tanto, una inteligencia eterna y necesaria presente y reflejada en el universo del espacio-tiempo.
La alternativa a un Dios existente es que todo lo que existe alrededor de nosotros apareció por causa natural y al azar. Si alguien esta jugando con dados, la probabilidad de lograr un par de seis es una cosa. Pero la probabilidad que el dado este en blanco, y aparezcan los puntos negros es completamente distinto. Lo que Pasteur intento probar siglos atrás, y la ciencia confirma, es que la vida no puede surgir de la no-vida. ¿De dónde vienen la vida humana, animal y vegetal?
Asimismo, las "causas naturales" son una explicación inadecuada para la cantidad de precisa información contenida en un DNA humano. Una persona que descarta a Dios queda con la conclusión que todo esto apareció sin causa, sin diseño, producto simplemente de la buena fortuna. Esta queriendo intelectualmente observar un diseño intrincado, y lo atribuye a la suerte.
Bueno, será para algunos una mera casualidad, como suelen recitar muchas instituciones académicas, que tienen como fundamente un claro materialismo. ¿Será mera casualidad el orden de los planetas, estrellas, galaxias o el universo?, ¿Será mera casualidad el orden las especies, de flora y fauna?, ¿Será mera casualidad el orden de los elementos en la tierra, el agua o en la naturaleza? o ¿Quizá sea mera casualidad que la raza humana coordine sus pensamientos y acciones, que su organismo trabaje en orden, que sus cinco sentidos puedan percibir de forma ordenada la realidad en la que viven y que millones de millones de células trabajen ordenadamente pera el perfecto funcionamiento del mismo?, no creo en esa mera casualidad.
Si no existiera Dios sería entonces nuestra realidad millones de casualidades en cadena, la misma naturaleza tendría una coordinación por pura casualidad.
¿Ven este paquete de naipes que tengo sobre la mesa?, están totalmente ordenados, ¿Quiere alguien venir y comprobarlo? Bien ahora tómalos y lánzalos para arriba. (Doy tiempo que caigan todos los naipes y pregunto). ¿Tienen el orden que tenían al principio?, ¡No! La probabilidad que volviesen por si solos a su orden es de una en el infinito, es imposible. Como no tiene sentido que esperemos que por si mismos los naipes tomen su orden luego de lanzarlos para arriba, tampoco tiene sentido creer en la teoría que la creación es una mera casualidad. Tuvo que existir un Ser Supremo que crease esta maravilla que percibimos y en la que accionamos.
Hasta hace unos quinientos años, la humanidad no tuvo ninguna dificultad en reconocer a Dios como el Creador del orden natural. La mejor explicación lo consideraba como el Diseñador divino que lo creó con un propósito y mantuvo todas las cosas por la palabra de su poder (Hebreos 1:3; Colosenses 1:17). Pero el surgimiento de la ciencia moderna inició un proceso que podríamos denominar "la desmitologización de la naturaleza", el mundo material. La superstición y la ignorancia habían atribuido vida espiritual al bosque, al arroyo y a la montaña. Las cosas que no se entendían científicamente eran aceptadas rutinariamente como la operación de fuerzas sobrenaturales y no explicadas. Lentamente, el factor misterioso y espiritual fue purgado y reemplazado por explicaciones y teorías naturales de los estudiosos y científicos sobre cómo y por qué las cosas funcionaban realmente. Luego de Copérnico, la importancia humana se redujo ante la vastedad del cosmos, y se creía que sólo el tiempo y la investigación, y no Dios, serían necesarios para explicar finalmente con precisión la totalidad del orden natural. La idea de Alguien trascendente llegó a considerarse innecesaria, al haber sido invalidada por la nueva teoría de la selección natural.
Irónicamente, la misma ciencia que quitó a Dios entonces está trayendo de nuevo la posibilidad de su existencia hoy. La física y la mecánica cuántica nos han llevado ahora al borde de lo físico, a un lugar donde las estructuras de partículas subatómicas son descritas por algunos como de una cualidad espiritual o fantasmal. ¡Los neurofisiólogos luchan con observaciones enigmáticas que sugieren que la mente trasciende al cerebro! La psicología ha desarrollado una rama completamente nueva de estudio (la parapsicología) que afirma que fuerzas psicoespirituales (ESP, biofeedback, etc.) llegan a funcionar más allá del mundo físico. Los biólogos moleculares y los geneticistas, enfrentados a las estructuras altamente ordenadas y complejas del ADN, atribuyen una palabra que sugiere "inteligencia" a las secuencias encadenadas: el "código" genético. Y ya hemos concluido que los astrofísicos han aceptado el "big bang", que parece contradecir la idea de que la materia es eterna y, por gigantesco que sea, el universo parece ser finito. Sea que miremos por el microscopio o el telescopio, se vuelve más difícil, a la luz de la ciencia experimental, sostener la vieja premisa de que este orden y complejidad son productos del azar ciego. Las antiguas suposiciones naturalistas están siendo reexaminadas críticamente, cuestionadas y encontradas poco convincentes por muchos de los científicos de hoy. El Dr. Walter Bradley, profesor emérito de Ingeniería Mecánica de Texas A & M University explica la situación:
"Los descubrimientos de la última mitad del siglo XX han llevado a la comunidad científica a darse cuenta de que el universo y nuestro planeta en el universo son tan asombrosamente únicos que es casi imposible imaginar cómo esto podría haber ocurrido por accidente, lo que lleva a muchos científicos agnósticos a conceder que ciertamente puede requerirse alguna fuerza creativa inteligente para explicarlo".
Las áreas de reconsideración incluyen la cosmología y el origen de la vida, los elementos esenciales del diseño y su reconocimiento, los requisitos mínimos para que un universo soporte tanto vida de cualquier tipo como la compleja vida humana específicamente, por qué estos requisitos se cumplen en nuestro universo, y los requisitos para un lugar en ese universo, que se cumplen sólo para el planeta Tierra. Todas estas características notables de nuestro mundo están siendo reevaluados y apuntan hacia el diseño inteligente.
Un tercer argumento lógico para la existencia de Dios es el denominado argumento cosmológico. Cada efecto debe tener una causa. Este universo y todo lo que en el hay es un efecto. Debe haber algo que causó que todo existiera. A la larga, debe haber algo “sin-razón” a fin de provocar que todo lo demás exista. Esa “sin-razón” es Dios.
Este argumento se centra en el concepto de causalidad. Todo suceso tiene una causa, y esto incluye el universo. Tuvo un principio. Hubo un tiempo en que no existía, y un tiempo en que existía:
"Una cantidad infinita de partes de tiempo reales, pasando sucesivamente y agotadas una tras otra, aparece como una contradicción evidente que ningún hombre, pensaría uno, cuyo juicio no esté corrompido en vez de mejorado por las ciencias, alguna vez podría admitir".
Hume está sosteniendo aquí que el tiempo y el espacio no son infinitos, no son eternos. Si esto es cierto, el universo, que es un "efecto", tuvo una causa. Robert Jastrow comenta:
"El estudio más completo hecho hasta ahora ha sido realizado por . . . Allan Sandage. Él recopiló información sobre 42 galaxias distribuidas por el espacio hasta seis mil millones de años de luz de distancia. Sus mediciones indican que el universo se estuvo expandiendo más rápidamente en el pasado que hoy. Este resultado presta mayor apoyo a la creencia de que el universo se originó con una explosión".
Sigue diciendo:
"No se ha encontrado ninguna explicación fuera del big bang para la radiación de la bola de fuego. El argumento decisivo, que ha convencido casi al último escéptico, es que la radiación descubierta por Penzias y Wilson tiene exactamente el patrón de longitudes de onda esperado para la luz y el calor producidos en una gran explosión".
Jastrow concluye también que el universo se está muriendo:
"Una vez que el hidrógeno se ha consumido dentro de esa estrella y se ha convertido en elementos más pesados, nunca podrá ser restaurado a su estado original. Minuto a minuto, año tras año, la provisión de este elemento en el universo se vuelve menor".
Robert Jastrow: "Los astrónomos encuentran ahora que se han quedado sin alternativas, porque han demostrado, mediante sus propios métodos, que el mundo comenzó abruptamente en un acto de creación donde uno puede encontrar las semillas de cada estrella, cada planeta y cada cosa de este cosmos y sobre esta tierra. Y han encontrado que todo esto ocurrió como producto de fuerzas que no pueden esperar descubrir".
Por mucho tiempo los científicos han afirmado fuertemente el Big-bang o como diríamos en español la Gran Explosión. Esta afirma que todo lo que hay en el universo es causa de una gran explosión, lo cual dio el origen de todo en el universo y el orden de todo lo que en él observamos. Uno de los más notables eruditos sobre el cosmos, Stephen Hawking, admite que esta teoría ni siquiera trata de contestar a la pregunta de dónde venimos tanto nosotros como el resto del universo. Realmente esta teoría tiene sus lagunas o fallas pues de una explosión ¿Qué resulta, un orden sistemático como el que vemos en la tierra y universo? O ¿destrucción y caos? ¿Recuerdan los naipes? No tomaron el orden que tenían luego de lanzarlos al aire. Eso es lo que plantea dicha teoría, la vida ordenada que vemos hoy día fue el resultado de una Gran Explosión. ¿Por qué existe orden y leyes que ordenen un universo que por casualidad apareciera del caos? O ¿es que quizá hubo un diseñador? Una inteligencia con propósito es responsable del orden de la naturaleza y el universo.
La creación del universo y el principio de la vida sobre la tierra fueron acontecimientos únicos. La ciencia no podrá demostrar jamás como ocurrieron, ya que exige experimentos repetidos y evidencia empírica observable. Sin embargo, muchos creen que los científicos tienen la última palabra sobre cómo apareció el universo. Es más, muchos creen que la ciencia ha demostrado que la creación bíblica nunca ocurrió. La teoría del creacionismo, en contra de lo que comúnmente se cree, encaja con los descubrimientos científicos actuales. Los científicos la llaman la primera ley de la termodinámica. Esta ley se basa en que la materia se puede convertir energía, así como el calor que resulta al quemar un tronco. Entonces no se puede crear energía o materia de la nada. Nuestro universo es materia y energía, ¿de donde salieron? A pesar de su sus esfuerzos ningún científico ha encontrado la respuesta. Por lo tanto la creación es la única teoría verosímil que alguien ha podio ofrecer. Por siglos los científicos habían dicho que el universo es eterno, esta ley lo descarta. Fue Albert Einstein quien descubrió la teoría de la relatividad, esta teoría demuestra que el universo esta en movimiento desde un comienzo, que el universo tuvo un inicio. Ahora bien, si hay un origen, ¿acaso debería haber un originador?
Algunos han sostenido que un retroceso infinito de causas podría no ser lógicamente posible. Dicen que el universo no es un "todo" que necesita una única causa, ¡sino más bien es "mutuamente dependiente" de sí mismo! La dependencia mutua no es el tema. El verdadero asunto es por qué hay un universo existente en vez de un universo no existente. La realidad y la racionalidad sugieren que todo suceso tiene una causa. Las series enteras de sucesos deben tener una causa también (dado que el todo es la suma de las partes). Si todas las partes fueran quitadas, ¿quedaría algo? Si decimos sí, entonces Dios existe (es decir, un ser eterno necesario que es más que el mundo). Si decimos no, entonces el todo es contingente también, y necesita una causa más allá de él (Dios).
Concluiremos esta sección con un análisis de la pregunta que probablemente más frecuentemente se hace con relación al argumento cosmológico: "¿De dónde vino Dios?". Si bien es a la vez razonable y legítimo hacer esta pregunta con relación al universo que acabamos de analizar, es irracional y no tiene sentido hacer la misma pregunta acerca de Dios, ya que sugiere que tiene características que sólo se encuentran en el universo finito: espacio y tiempo. Por definición, algo eterno debe existir fuera de este continuo del espacio-tiempo. ¡La pregunta planteada misma revela la falacia del que la hace de razonar desde su propio contexto de espacio-tiempo! Por definición, algo eterno debe existir fuera del tiempo y del espacio. Dios no tiene principio; ¡Él ES! (Éxodo 3:14).
Un cuarto argumento es conocido como el argumento moral. Cada cultura a través de la historia ha tenido alguna forma de ley. Todos tienen un sentido de lo correcto y lo erróneo. El asesinato, la mentira, el robo, y la inmoralidad son rechazados casi universalmente. ¿De dónde vino ese sentido de lo correcto y lo erróneo, sino de un Dios santo?
Este argumento a favor de la existencia de Dios está basado en el reconocimiento de sentido inherente universal de la humanidad del bien y del mal (ver Romanos 2:14, 15). No hay ninguna cultura que no tenga normas de comportamiento. Todos los grupos reconocen que la honestidad es una virtud, junto con la sabiduría, la valentía y la justicia. Y aun en las tribus más remotas de la jungla, el homicidio, la violación, la mentira y el robo son reconocidos como malos, en todo lugar y en todo tiempo. Surge la pregunta: "¿De dónde vino este sentido de moral?". Llama a esta ley moral "La regla del bien y del mal, algo que está realmente allí, no hecho por nosotros". Durante años, una persona determinada luchó contra Dios porque le parecía que el universo era injusto y cruel. Pero comenzó a analizar su indignación. ¿De dónde había sacado él el concepto mismo de lo justo y lo injusto? Dijo: "Un hombre no dice que una línea esta torcida a menos que tenga alguna idea de lo que es una línea derecha".
La conciencia humana que menciona Pablo en Romanos 2 no se encuentra en ningún otro animal; sólo en el hombre. La condición completamente única de esta brújula moral dentro de los humanos, junto con otras cualidades exclusivamente humanas (racionalidad, idioma, adoración e inclinaciones estéticas) sugieren fuertemente que el hombre no sólo tiene una relación hacia abajo, con los animales, las plantas y la tierra, sino también una relación hacia arriba, con el Dios en cuya imagen fue hecho. Así como vimos el gran poder e inteligencia de Dios expresados en los primeros dos argumentos, también vemos aquí que este sentido de moral, no conocido en el mundo de la naturaleza, proviene del Gran Legislador, que es, en sí mismo, en carácter, la "línea recta" (recto, justo, santo) contra la cual se miden todas las acciones humanas.
A pesar de todo esto, la
Biblia nos dice que la gente va a rechazar el conocimiento claro e
innegable de Dios, y en lugar de ello, creer una mentira. Romanos
1:25 declara, "Ya que cambiaron la verdad de Dios por la
mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador,
el cual es bendito por los siglos. Amén." La Biblia
también proclama que la gente no tiene excusa para no creer en
Dios, "Porque las cosas invisibles de él, su eterno
poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación
del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo
que no tienen excusa" (Romanos 1:20).
La gente
demanda no creer en Dios porque "no es científico" o
"porque no hay pruebas". La razón verdadera es que
una vez que la gente admite que hay un Dios, también deben
darse cuenta de que son responsables hacia Dios y que están
necesitados de Su perdón (Romanos 3:23; 8:23). Si Dios existe,
entonces somos responsables por nuestras acciones hacia El. Si Dios
no existe, entonces podemos hacer lo que queramos sin tener que
preocuparnos porque Dios nos juzgue. Creo que esa es la razón
por la que muchos en esta sociedad, están tan fuertemente
aferrados a la evolución – para dar a la gente una
alternativa de creer en un Dios Creador. Dios existe y a la larga
todo el mundo sabe que El existe. El hecho mismo de que algunos
intenten tan agresivamente refutar Su existencia es de hecho un
argumento para Su existencia.
Un testimonio sobre esta:
"Yo fui atea en un tiempo. Y como muchos ateos, el tema de gente creyendo en Dios me molestaba grandemente. Que hace que los ateos pasemos tanto tiempo, atención y energía refutando algo que nosotros no creemos que aun existe?. ¿Qué nos motiva a hacer eso? Cuando era atea, atribuí mis intenciones al verdadero interés por aquellas pobres y desilusionadas personas... a ayudarles a entender que su esperanza era completamente infundada. Para ser honesta, también tenía otro motivo. Mientras cuestionaba a aquellos que creen en Dios, estaba profundamente curiosa por ver si ellos podían convencerme. Parte de mi búsqueda era liberarme del tema de Dios. Si yo podía probar definitivamente a los creyentes que estaban equivocados, entonces el tema quedaba fuera de discusión y estaría libre para continuar mi vida.
No me di cuenta que la razón del porqué el tema de Dios pesaba tanto en mi mente, era porque Dios lo estaba apremiando. He llegado a averiguar que Dios quiere ser conocido. Nos ha creado con la intención que lo conozcamos. Nos ha rodeado de evidencias acerca de El, y mantiene el tema de su existencia directamente ante nosotros. Era como si yo no podía escapar de pensar acerca de la posibilidad de la existencia de Dios. De hecho, el día que yo escogí aceptar la existencia de Dios, mi oración comenzó con "OK, tu ganas.." Podría ser que la razón subyacente que a los ateos les moleste los creyentes en Dios es porque Dios esta activamente buscándolos.
No soy la única quien ha experimentado esto. Un autor socialista y filosófico, escribió, "Tenia la noción que de alguna manera, además de estar buscando, yo estaba siendo buscado". Otro autor escribió: "...noche tras noche, sentía que cuando mi mente dejaba por un segundo mi trabajo, un continuo e inexorable acercamiento de El, a quien yo tan intensamente deseaba no conocer. Yo me rendí, y admitiendo que Dios era Dios, me arrodille y recé: quizás, esa noche, fui el converso más abatido y reacio de todo Inglaterra"."
Unas palabras acerca del ateísmo y el agnosticismo
Un ateo es una persona que hace una aseveración osada: "No existe Dios". Es osada porque afirma, de una forma absoluta, lo que hemos dicho antes que no es posible; es decir, la existencia o no existencia de Dios no pueden ser probadas absolutamente. Es osada, también, porque, a fin de hacer una aseveración de este tipo, ¡un ateo tendría que ser, literalmente, Dios mismo! ¡Tendría que poseer las cualidades y capacidades para viajar por todo el universo y analizar cada rincón antes que pudiera estar en condiciones de sostener una conclusión tan dogmática!
El humano más brillante, más culto, más viajado de la tierra hoy y que hubiera maximizado sus células cerebrales a niveles de aprendizaje óptimos durante toda una vida no podría de ninguna forma "saber" la milésima parte de todo lo que podría conocerse. ¡Y el conocimiento ahora se está duplicando cada año, en vez de cada década, o siglo, como en el pasado! ¿Es posible que Dios pudiera todavía existir fuera de la experiencia/conocimiento personal muy limitados de un ser humano muy inteligente? Absolutamente! Además, ¡antes que un ateo pudiera identificarse como tal, primero debe reconocer la idea o concepto mismo, o posibilidad, de Dios, para que entonces pudiera negar su existencia!
La Biblia dice que "cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe. . ." (Hebreos 11:6). En otras palabras, hay un elemento de "fe" con relación a la creencia en la existencia de Dios. Pero la aseveración dogmática y osada anterior es, en sí misma, una expresión de fe. Se requiere fe para creer que Dios existe, y se requiere fe para creer que no existe. A mi juicio, se requiere aún más fe para que el ateo crea en su posición, porque sostiene su fe frente a una evidencia abrumadora al contrario. Los cristianos afirman también la existencia de Dios basados en la fe, pero es una fe razonable, basada en la verdadera naturaleza del cosmos, y no una fe ciega.
Volviendo al agnosticismo, el diccionario Webster lo define como una posición que afirma que "ni la existencia ni la naturaleza de Dios, ni el origen último del universo es conocido o conocible". Aquí hay otra afirmación osada: Cuando el agnóstico dice: "Yo no puedo saber", lo que está dando a entender, en realidad, es: "Yo no puedo saber, tú no puedes saber, y nadie puede saber".
El dogmático: "Yo no sé, tú no sabes, y nadie puede saber". Esta es una persona que ya se ha decidido. Tiene los mismos problemas que el ateo, arriba: tiene que saberlo todo a fin de sostener esta posición sinceramente.
El indiferente: "Yo no sé, y no me interesa". Es improbable que Dios se revele a alguien a quien no le interesa saber: "El que tenga oídos para oír, que oiga" (Lucas 14:35).
El insatisfecho: "Yo no sé, pero me gustaría saber". Esta es una persona que demuestra una apertura hacia la verdad y una disposición para modificar su posición, en caso de tener suficientes razones. Si este fuera el caso, también estaría demostrando lo que es cierto acerca del agnosticismo, a saber que busca ser un camino provisorio en la búsqueda de la verdad y que cede ante una perspectiva más razonable y menos escéptica de la vida y de toda la realidad.
Permítame dar un último argumento para la existencia de Dios. ¿Cómo sé que existe Dios? Yo sé que Dios existe porque hablo con El todos los días. No lo escucho hablándome con voz audible, pero siento Su presencia, siento Su guía, conozco Su amor, deseo Su gracia. Han ocurrido cosas en mi vida que no tienen otra explicación posible sino Dios. Dios me ha salvado tan milagrosamente y ha cambiado mi vida que no puedo sino reconocer y alabar Su existencia. Ninguno de estos argumentos en sí, pueden persuadir a alguien que rehúsa reconocer lo que es tan claro. Al final, la existencia de Dios debe ser aceptada por fe (Hebreos 11:6). La fe en Dios no es un salto ciego a la oscuridad, este es un paso seguro a una habitación bien iluminada en donde ya se encuentra el 90% de la gente.
"Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa" (San Pablo, Romanos 1:20).
"Dice el necio en su corazón: ‘No hay Dios’" (rey David, Salmos 14:1).