Hola, soy Citlali y vivo en México al norte, se me hace muy interesante que existan este tipo de páginas para que la gente escéptica que no cree, empiece a hacerlo, pues cuando el río suena es porque agua lleva, así que nunca digan nunca…
Lo siguiente me pasó en un rancho en donde vivía mi abuela. Una noche me quedé en su casa como siempre hacía en vacaciones, pero esas vacaciones no fueron lo mismo de siempre puesto que era una noche muy calurosa, bochornosa, los ventiladores aventaban el aire caliente, así que decidimos dormir afuera, “para que nos diera el fresco de la noche”. Pusimos las casas de campaña (con tela atrapa mosquitos). Eran como las 2 de la mañana y me desperté muy sobresaltada pues escuché un terrible grito como de ultratumba, pero no hice caso puesto que mi escéptica mente me hizo creer que era un sueño y que debía dormir otra vez.
Conciliando el sueño escuché un llanto muy triste y ahora sí asustada me desperté. Mi abuelo también lo hizo, y gritó:
- ¡¡¡¿Quién anda ahí?!!!
Claro, nadie contestó, entonces decidimos entrar a la casa, pues aquel calor se había ido llegando así un fuerte viento frío.
Yo no pude pegar el ojo en toda la noche, tenía mucho miedo, sólo me quería ir a mi casa. Al siguiente día fuimos con el velador y preguntamos si había escuchado algo en la noche y nos dijo:
- No, he dormido como un bebé.
Pero nos cuestionó por qué le habíamos hecho esa pregunta y le relatamos lo que pasaba. Él hizo una mueca y dijo:
- Con que ya oyeron a la difunta.
Cuando me dijo eso la sangre se me fue hasta los pies, y nos relató la siguiente historia…
Hace muchos años, en la época de los hacendados, este rancho lo cuidaba una pareja de esposos. Dicen que la mujer era tan bella que el esposo no quería que nadie la viera puesto que era sólo para él. Ella siempre se bañaba de noche en la noria, para que nadie la viera. Un día ella se quiso dormir temprano así que se bañó temprano, pero uno de los trabajadores la vio y la saludó. El esposo la vio en ese momento, no le dijo nada, pero al entrar a la casa la golpeó tanto que la mató.
Él, al ver lo hecho, la enterró cerca de la noria y ahí quedo. Nadie supo lo que pasó, él se fue de ahí y nadie supo más nada. Después de varios meses una familia grande llegó a vivir ahí, quisieron plantar un árbol y comenzaron a excavar, hasta que encontraron el fétido cadáver, y desde entonces, se escuchan los gritos y los sollozos de esa bella mujer.
Sólo de acordarme me siento mal, en serio que ese llanto era de mucha tristeza.