Yo creía que este tipo de cosas sólo ocurrían en la antigüedad, pero me he dado cuenta que no es así.
Dice que hace ya varios años (10 años), un joven de nombre Pablo, era de esos jóvenes, holgazán, rebelde y ambicioso. Nunca duraba más de 2 semanas en un trabajo, siempre trataba la forma de ganar dinero fácil y sin mucho esfuerzo, a tal punto de que un día oyendo una conversación de unos hombres, escuchó algo sobre un conjuro que se tenía que hacer para poder tener todo lo que uno quería: Dinero, amor, salud, etc. Averiguó más sobre el caso y comenzó a abrirse camino para poder realizar dicho conjuro. Cabe mencionar que este conjuro se encontraba en un libro de magia negra, el cual se tenía que conseguir con algún brujo o curandero de la región.
Y así fue, consiguió el pequeño y tenebroso libro y empezó a leer exactamente lo que tenía que hacer, pues los requerimientos no eran tan sencillos de cumplir:
1) El acto se llevaría a cabo a las 12:00 de la noche en punto, en un lugar solitario (si era cerca de un río mucho mejor)
2) Tenía que atrapar un murciélago, y sacarle el corazón
3) Y por último tenía que leer una frase escrita en el libro y al momento de leer tragarse el corazón del murciélago.
Pero lo más importante era no mostrar miedo durante el transcurso del pacto, ya que si había desconcentración podría ser mortal para el que llevaba a cabo el acto. Pablo logró todo esto, pero hubo un error al pronunciar las palabras, y justo en ese momento Pablo sintió un presentimiento terrible. El viento comenzó a soplar como nunca y el río parecía que traía consigo una corriente tremenda. Pablo estaba inmóvil, no podía creer lo que había hecho, todo por su ambición.
De repente sintió que alguien o algo lo estaba observando, y cuando aún estaba de rodillas, se quiso levantar e irse corriendo pero algo le cayó encima: era un animal enorme en forma de hombre que lo tenía sujetado. Pablo comenzó a gritar pero era imposible que alguien lo pudiera escuchar, ya que se encontraba en un lugar aislado. Pablo hizo lo que pudo para liberarse de este ser, y cuando por fin pudo liberarse, salió corriendo como loco, sin rumbo atravesando cercos y potreros.
Pasaron varios días y nadie sabía nada de Pablo, hasta que cierto día unos jornaleros lo encontraron deambulando por unos terrenos baldíos. Tenía una mirada perdida, su rostro estaba demacrado, y estaba mal herido; tenía muchas lesiones de gravedad y grandes heridas provocadas por unas garras enormes.
Pablo fue llevado al hospital, estuvo por varios meses en recuperación, no podía hablar y sus ojos reflejaban un miedo espantoso.
Pasado un año, Pablo comenzó a recuperarse, poco a poco empezó a volver en sí, también comenzó a pronunciar palabras.
Cuando por fin se recuperó totalmente, sus amigos y familiares le preguntaron qué es lo que había sucedido. Pablo, todavía con un poco de dificultad, les relató lo que le había pasado.