Información procedente del diario finlandés AMMENUSASTIA: Un grupo de científicos piensa que podría haber abierto las mismísimas puertas del infierno. Un grupo de investigación geológica que se encontraba excavando un agujero de 14.4 kilómetros de profundidad bajo la corteza terrestre, afirma haber escuchado gritos humanos. Tan impresionados están por el hecho que no dudan haber sido testigos de las lamentaciones de las almas condenadas al infierno. Es más, incluso se cuestionan la posibilidad de haber desencadenado algún tipo de poder maligno.
"La información que hemos recolectado es tan sorprendente, que estamos sinceramente preocupados respecto a la naturaleza de lo que hemos encontrado allá abajo" declaró Mr. Azzacov, el director del proyecto de excavación en las remotas llanuras de Siberia.
Los geólogos se quedaron boquiabiertos. Después de haber excavado varios kilómetros bajo la superficie de la Tierra, el taladro comenzó a rotar rápidamente. "Sólo había una explicación – que habíamos dado con un hueco" explicó el sorprendido Azzacov.
La segunda sorpresa vino de las lecturas de temperatura. "Los cálculos arrojaron como resultado que ahí abajo había una temperatura de 1.100 grados Celsius, es decir, por encima de 2.000 Fahrenheit," señala el Dr. Azzacov. "Esto era más de lo que esperábamos. Un verdadero infierno escondido bajo la superficie".
"Pero desde luego el último descubrimiento fue el más impactante, tanto que mis compañeros se sintieron temerosos de continuar. Intentábamos escuchar los movimientos de la tierra a través de micrófonos de alta sensibilidad, los cuales colocamos en diversas partes de la galería. Lo que oímos, en cambio, trastornó nuestro buen juicio y nuestro sentido académico?.
"Al principio creimos que se trataba de un fallo de nuestro equipo" explicó el Dr. Azzacov. "Pero tras unos ajustes comprendimos que el sonido provenía del interior de la Tierra. No podíamos creer lo que oíamos.
Se trataba de voces humanas, gritando de dolor. A veces el sonido de una voz era discernible, pero mientras se podían escuchar miles, quizá millones, en segundo plano, chillando con gran sufrimiento. Tras este desagradable descubrimiento, alrededor de la mitad de nuestro equipo se dio de baja. Afortunadamente, sea lo que sea lo que esté ahí abajo, ahí se va a quedar", declaró el Dr. Azzacov.
El programa del conocido locutor de radio estadounidense Art Bell ha emitido recientemente la grabación de los sonidos en cuestión, despertando nuevas dudas sobre la veracidad de estos hechos. Todo aquel que quiera escuchar el fragmento correspondiente de dicho programa de radio no tiene más que pulsar en el enlace que hay al pie del artículo.