Jorge trabaja en la frontera de Nogales Sonora, trabaja como transportista, trailero. Me contó un dia que le habían terminado de cargar la caja del trailer, así que se dispuso a continuar el viaje hacia su destino.
Mas pasando más de 3 horas de carretera ya casi llegando a una curva muy peligrosa y muy conocida por los accidentes que han ocurrido por allí, mi tio bajó la velocidad del trailer para evitar algún accidente, pero al mirar por su retrovisor observó que un cerdo caminaba rápidamente por la orilla de la carretera. No le tomó mucha importancia.
Volvió a mirar por el retrovisor y su sorpresa fue que miró un perro esta vez. Eso sí lo asustó, así que subió la velocidad del trailer tratando de olvidarse de lo sucedido mas de pronto al otro lado del retrovisor miró al cerdo y al perro corriendo a la misma velocidad que el trailer iba, y dijo que eso sí era imposible.
Ya casi llegando a un poblado se detuvo para comer y llegar a un hotel a dormir. Cuando se encontraba cenando le preguntó al mesero sobre el asunto tratando de saber si a otros les había pasado lo mismo, y el mesero le conto que sí, además de contarle que durante los accidentes que habían ocurrido en la famosa curva, el Diablo se aparecía en forma de cerdo y perro, tratando de distraer a los conductores para que chocasen en la curva y así apoderarse de sus almas.
Jorge escuchó un poco exagerada la historia del mesero pero parte de ella sí la creyó.
Seis meses más tarde se enteró por voces de otros traileros que incluso habían visto en la curva a un cerdo ladrando sobre los capotes de los carros, todos destrozados por la caída o alguna explosión de algún accidente años atrás.