Sobre Malos Pensamientos y Fantasías
“Yo os digo más: Cualquiera que mirare a una mujer con mal deseo hacia ella, ya adulteró en su corazón.” (Mateo 5:28)
Dios solemnemente declara que juzgará cada uno de nuestros pensamientos, ¿cuánto más entonces juzgará nuestras acciones? Cuando en nuestras mentes nos deleitamos en pensamientos pecaminosos, Dios considera esto un acto de la misma manera que nos juzga como asesinos si odiamos a nuestro prójimo o, como adúltero si vemos a una mujer con lujuria en nuestro corazón. ¿Qué, entonces, juzgará Dios que son cuando en sus corazones aman cosas abominables?
Nadie puede escapar de tener malos pensamientos, porque todavía no somos ángeles sino simples hombres. No podemos escapar de estos malos pensamientos, pero podemos rehusar disfrutar de ellos. No se sorprendan si tienen toda clase de pensamientos abominables. Muchas personas no son instruidas y no comprenden que esto es Satanás que los tienta y les da estos pensamientos. Seguro, muchos malos pensamientos surgen de varias malas ocasiones en las que se han puesto durante el transcurso del día o la vida, pero aún así, si no piensan en estos pensamientos voluntariamente y estos todavía los asechan, ¡entonces debe de ser Satanás que los tienta!
Toda vez que tienen malos pensamientos en contra de su voluntad, y se resisten a ellos, no han cometido pecado alguno.
Cuando tienen malos pensamientos en contra de su voluntad y los disfrutan un poquito y se arrepienten casi inmediatamente, aún así han cometido pecado.
Sin embargo, si voluntariamente ahondan en malos pensamientos y los disfrutan, ¡sin duda alguna han cometido pecado mortal! Una demostración más clara de esto puede verse en las revelaciones de Santa Brígida:
El Hijo de Dios le habla a la novia (Santa Brígida): “¿De qué estas tan preocupada y ansiosa?” Ella respondió: “Estoy afligida por varios pensamientos inútiles de los cuales no puedo deshacerme, y el escuchar sobre vuestro juicio terrible me altera.” El Hijo respondió: “Esto es realmente justo. Antes encontrabas placer en los deseos mundanos en contra de Mi voluntad, pero ahora es permitido que te lleguen diferentes pensamientos en contra de tu voluntad.
“Pero ten un temor prudente de Dios y pon gran confianza en Mí, tu Dios, sabiendo por seguro que cuando tu mente no obtiene placer en pensamientos pecaminosos sino lucha en contra de ellos, detestándolos, se convierten en purga y una corona para el alma. Pero si tienes placer en cometer tan solo un leve pecado, el cual sabes que es pecado, y lo haces confiando en tu propia abstinencia y presumiendo en gracia, sin hacer penitencia ni reparación por ello, sabe que puede volverse un pecado mortal. Acordemente, si viene a tu mente algún placer pecaminoso de cualquier clase, inmediatamente debes pensar hacia donde va y arrepentirte...
“…Dios no odia nada tanto como cuando sabes que has pecado pero no te importa, confiando en tus otros actos meritorios, como si, debido a ellos, Dios toleraría tu pecado, como si no pudiese ser glorificado sin ti, o como si te dejara hacer algo malo con Su permiso, viendo todas las buenas obras que has hecho, ya que, aunque hayas hecho cien obras buenas por cada una de las malas, aún así no podrías pagarle a Dios por su bondad y su amor. Por lo tanto, entonces, mantén un temor racional de Dios y, aunque no puedas prevenir estos pensamientos, por lo menos sopórtalos pacientemente y usa tu voluntad para luchar en contra de ellos. No serás condenado porque ingresen en tu cabeza, a menos que encuentres placer en ellos, ya que no está en tu poder prevenirlos.
“…Nuevamente, mantén tu temor de Dios para no caer a través del orgullo, aunque tu no consientas a los pensamientos. Cualquiera que se mantenga firme se mantiene únicamente por el poder de Dios. Así, el temor de Dios es como la puerta al Cielo. Muchos hay que han caído de cabeza a sus muertes, porque desechan el temor de Dios y tenían vergüenza de hacer una confesión ante los hombres, a pesar que no tuvieron vergüenza de pecar ante Dios. Por lo tanto, rehuso absolver el pecado de una persona que no ha tenido suficiente cuidado de pedir mi perdón por un pecado pequeño. De esta manera, los pecados se incrementan a través de la práctica habitual y, el pecado venial que podría haber sido perdonado a través de la contrición, se vuelve uno serio a través de la negligencia y menosprecio de la persona, como lo puedes deducir del caso de esta alma que ya ha sido condenada...”
http://www.santos-catolicos.com/santos/santa-brigida-de-suecia/santa-brigida-libro3.php
- El Placer Sexual y la Lujuria
- El inflamar vs. el acallar la concupiscencia
- El demonio de la lujuria
- Normas fundamentales para el acto conyugal
- La necesidad de la oración
- Amor adúltero
- Los niños malos nacen de padres malos
- El amor de Dios es necesario para la salvación
- Las relaciones matrimoniales durante el embarazo debe evitarse
- La concupiscencia es una enfermedad
- Conclusión
- La Planificación Familiar Natural es un contraconceptivo pecaminoso
- ¿Qué es la Planificación Familiar Natural?
- ¿Por qué es mala la PFN?
- La enseñanza del magisterio católico papal
- La palabra de Dios
- Las personas saben que la PFN es un pecado
- La Planificación Familiar y la PFN son de la misma tela
- La PFN tiene eternas e infinitas consecuencias
- Objeciones
- Conclusión
- ¡Medios de comunicación mortalmente pecaminosos!
- Series, películas y caricaturas en la TV
- ‘Avatar’ nos está llevando al suicidio, dicen los aficionados
- Caricaturas
- Cómo controlar sus ojos
- Cómo controlar su conversación o lenguaje
- Juegos de vídeo
- Deportes Profesionales
- Sobre la Música
- Sobre Libros
- La Ouija, un juguete controversial para niños de corta edad
- Enseñanza escolar en Casa
- Sobre la Masturbación
- Vanidad, vestimenta inmodesta y maquillaje
- El Padre Pío sobre la moda moderna
- Sobre malos pensamientos
- Bailes, Cantinas, Danzas
- Santificar el Sabat o el Domingo
- Fumar y usar drogas
- Explicación de las Leyes de ayuno y de abstinencia, para los días de guardar y de abstinencia
- La Planificación Familiar Natural es una forma pecaminosa para el control de la natalidad (PFN)
- Castidad, humildad, obediencia y amor
- Información sobre quiénes somos y sobre nuestra misión